En el silencio de la noche, mientras
mis hijos duermen, siento el miedo al nuevo día.
Se acerca el alba y con ella la
inseguridad, la desaparición, el sin vivir de la escasez.
Ya no me quedan sonrisas ni cara de
sol de primavera, como quiere mi niña que le ponga. Mi niño me sonríe sabiendo que mi alma llora. El ya es mayor y
percibe los tiempos que pasamos. En su mirada de hombre del mañana quiere
decirme; que cuando crezca, él ganara lo suficiente. Y habrá pescado, carne y
fruta en la mesa y domingos de fiesta de cine y de excursiones.
Esta mañana es dura. ¿como les digo a
mis hijos que ya no hay mermelada en la mesa? ni aceite para untar las tostadas.? ¡No puedo alargas mas la leche ni las
galletas!!. La despensa es despensa de pena.
¿Cuanto dinero queda en la taza donde guardo
los ahorros? llega para el pan? para la fruta?
Dice el refrán: no solo de pan vive
el hombre. Yo digo que el hombre vive de pan y de alimentos.